''Sustituyamos el buenos días princesa, he soñado toda la noche contigo por el buenos días dormilona ya te empezaba a echar de menos ;)''
Sonrío. Sigo leyendo hasta el final:
'' Llámame cuando termines, princesa. Te quiero, no lo olvides nunca.''
Un millar de sensaciones a la vez me recorren todo el cuerpo. ¿De amor? Sí, creo que ya se puede decir bien claro: me he vuelto a enamorar. Le envío otro mensaje de vuelta:
'' Yo también te quiero, Félix.''
Pulso en enviar y a los pocos segundos puedo comprobar que le ha llegado.
Sonrío para mis adentros. Quién me diría a mí que volvería a enamorarme... Bueno, a ver, estaba claro que me enamoraría otra vez, pero no pensaba que en tan poco tiempo.
Pero es que aquel día... Una cosa llevó a la otra y sin saber muy bien por qué acabamos en la cama. Me encantó, me enamoré de él. Supongo que ya me ganó desde aquel día en el bar, cuando me regaló aquella rosa azul que fue testigo de nuestro primer beso.
Y ahora, casi a las nueve de la mañana, me dedico a buscar trabajo mientras él me espera en la que podría llamar ''casa'', ese hostal ya se ha convertido para mí en un hogar.
Durante varias horas voy vagando por las calles en busca de algún lugar dónde poder trabajar.
Sorprendentemente encuentro trabajo en aquel bar donde me llevó Félix aquel día. La señora al verme me ofreció el trabajo enseguida. Me hace mucha ilusión trabajar allí. Es un lugar que parece mágico... Es tan acogedor, tan lleno de recuerdos. Y lo que más me gusta es que voy a poder observar aquel maravilloso jardín cada vez que quiera. La señora me ha dejado que comience mejor mañana. Es un trabajo perfecto.
Salgo feliz de aquel bar y le envío otro mensaje a Félix contándole todo esto.
Al segundo me responde que se alegra muchísimo de que haya encontrado trabajo en aquel lugar.
''Ahora podríamos vernos''- le digo.
Él me envía un emoticono sonriente.
''Sigue hacia adelante y gira a la derecha''
''¿Qué?''- Le respondo sorprendida.
''Tú hazlo.''- Me dice.-'' Luego gira a la izquierda y verás nuestro destino''
Se desconecta antes de que pueda preguntarle algo más. ¿Nuestro destino? ¿Es... una metáfora? ¿Qué significa todo esto?
Decido seguir sus órdenes. Confusa, empiezo a caminar en la dirección que me ha dicho Félix.
Cuando llego, sólo veo una calle vacía. Parece que hay un bar. Mmm... ¿será aquí?
Sigo hacia allí y me fijo en su nombre: ''Los caminos del destino''
Ahora lo entiendo todo. O casi. No sé. Cuando entro me sorprende verle ahí, sentado en unas de las mesas del final.
Le sonrío sorprendida y él viene hacia mí y me saluda con un beso.
- Has tardado en encontrar esto, ¿eh?- Me dice observándome.
- Sí, es que... Jope, tanto misterio...- Los dos reímos.
- Buenos, ¿nos sentamos?- Me ofrece asiento y yo obedezco.
A continuación me besa suavemente y se sienta frente a mí.
- ¿Por qué sonríes?- Me pregunta.
- Por ti.
- Te quiero princesa.- Me mata con su mirada enternecedora.
- Y yo a ti, mi príncipe.- Le lanzo un beso con la mano. Él hace que lo coge y lo posa en su pecho.
Los dos reímos por este juego infantil.
A los pocos segundos, un camerero viene hacia nosotros y deja una bandeja con churros y dos tazas de chocolate sobre la mesa.
Yo observo confundida a Félix. Éste le guiña un ojo al camarero y tras reírse por mi gesto de sorpresa, me explica todo.
- ¿Qué es todo esto?- Pregunto confusa.
- Pues son churros, un par de tazas de chocolate y...
- Félix... ya sé lo que son...- Le miro irónica.
Él sonríe.
- Parece que hoy te he conseguido sorprender, ¿eh?- Asiento y él sonríe satisfecho.- Te diré qué es esto.- Me mira y me coge de la mano.- Te propongo un reto.
- ¿Un... un reto?- Ahora sí que no entiendo nada.
- Sí.- responde muy seguro.- Hay que adivinar preguntas sobre el otro, así sabremos hasta cuánto nos conocemos.
- Pero si apenas nos conocemos de una semana...
- Bueno, algo sabrás ya...- Me mira desafiante.- Si no aciertas la pregunta tendrás que dar un mordisco al churro.- Coge uno de la bandeja.- Mojado en esto.- Lo moja un poco en chocolate y me hace como que me lo das pero al final se lo come él.
Sonrío.
- Está bien.- Respondo.- Al final me va a gustar no acertar, me encantan los churros con chocolate.
- Ya, pero ahí no acaba todo.- Sonríe.- Tendrás que hacerlo con los ojos tapados.
- ¡¿Con los ojos tapados?!
- Sí, los dos nos los taparemos. Tú con tu pañuelo y yo con mi bufanda.- Ríe al ver mi cara de asombro.
- Y si acierto la pregunta, ¿Que pasará?
- Ya veremos, sorpresa.
- Ya veo que te gustan las sorpresas...- Digo con tono sarcástico.
- Sí, llevo sorprendiéndote todo el tiempo.- Me besa, saboreo el sabor a chocolate de sus labios.- Y aún no ha acabado el día.
Los dos reímos.
- Buenos, ¿aceptas el reto?.- Me extiende la mano.
- Por supuesto.- Le doy la mano.- Te voy a ganar.- Le miro desafiante.
- No cantes victoria aún.
Los dos reímos de nuevo.
- Bueno vamos a ponernos los pañuelos.- Él se pone el suyo y le hago aspavientos para comprobar que no ve nada.
Es verdad que no ve nada, sonrío.
- ¿Te has puesto el tuyo ya?- Me pregunta.
- Sí, sí.- Miento.- No veo nada.
- ¿Quién empieza?
- Tú.- respondo con una sonrisa pícara y cojo uno de los churros.
Él se ajusta bien el pañuelo.
- ¿Estás listo?.
- Sí.- responde decidido.
- Está bien, comencemos.- Empapo bien el churro en el chocolate.- Bien, comencemos.- Me carraspeo un poco la voz para hacerme la interesante.- ¿Cómo me llamo?
Él ríe por la pregunta.
- Emmm, no sé... ¿Violeta?- Ríe de nuevo.
- Tonto...- Me encanta cuando se pone así.- Bueno esta era muy fácil...
- Bueno, he acertado. Quiero mi chocolate.- Me lo pide como un niño pequeño, sonrío.
- Pero eso es si fallas, y has acertado cariño. Ahora toca sorpresa.
- ¡Pero yo quiero mi chocolate!- Me encanta que se ponga caprichoso.
''Y lo tendrás''- pienso pícara.
Bebo un poco de la taza y le beso tiernamente para que saboree el chocolate.
Los dos sonreímos cómplices de nuestros actos.
- Oye, pues me va a gustar a mí el juego del chocolate, ¿eh?.- Nos reímos a la par.- Venga, ahora te toca a ti.- Coge un churro con cuidado e intenta meterlo en la taza.
- ¡Cuidado, que la tiras!- Le aparto sin que se dé cuenta la taza para que no se caiga.
- Bueno, a ver... una difícil.- Se toma su tiempo para pensar.- Bien, ¿de dónde soy?
Mierda, no lo sé. Esta es difícil. A ver piensa, piensa...
- Ehm... No sé... ¿Madrid?- Digo una al azar.
- Meec error.- Dice intentando imitar el sonido de una sirena.- Soy de Burgos.- De Burgos, vaya, de Burgos... Me he equivocado.- Has perdido.- ríe.
Puedo ver como acerca el churro empapado de chocolate hacia mi cara. Eso me asusta. Al principio me aparto un poco pero luego decido dejar que me mache un poco, se iba anotar demasiado que he hecho trampas.
Lo pasa por toda mi cara hasta que al final consigo darle un mordisco. Sonrío satisfecha al fin.
- ¿Te he manchado mucho?- Pregunta sarcástico.
- No... Que va...- Me limpio toda la cara que me la ha dejado manchada de chocolate.
- Bueno ahora te toca a ti.- Me dice.- ¿No la pongas muy difícil eh?- Sonríe.
Pienso detenidamente una pregunta que le cueste responder. Hum... Ya está.
- Bien, ¿mi color favorito?- Ese siempre tiene truco.
- ¿Violeta?- Ríe.- No sé, como tu nombre.
- Qué sagaz.- Respondo con ironía.- Todos respondéis lo mismo...
- Entonces, ¿he acertado?- Me hace gracia que pregunte eso.
- Pues claro que no.- Río y mientras empapo bien de chocolate el churro, pienso que le voy a poner perdido.
Lo paso por toda su cara. Por la frente, por la nariz, por todos lados. Al final me da pena y le ayudo a que le de un mordisco.
- ¡He ganado, he ganado!- Dice gritando y se quita el pañuelo.
Me descubre haciendo trampas y sonríe.
- Claro, así me has puesto de chocolate.- Se limpia por toda la cara.
- ¿Me perdonas?- Digo mordiéndome el labio.
- Pues claro, perdedora.- Me acoge en sus brazos y me besa.- Y tramposa...
Yo me río y le beso.
- Sí, soy tramposa. Pero soy TU tramposa.
Sonrío. Sigo leyendo hasta el final:
'' Llámame cuando termines, princesa. Te quiero, no lo olvides nunca.''
Un millar de sensaciones a la vez me recorren todo el cuerpo. ¿De amor? Sí, creo que ya se puede decir bien claro: me he vuelto a enamorar. Le envío otro mensaje de vuelta:
'' Yo también te quiero, Félix.''
Pulso en enviar y a los pocos segundos puedo comprobar que le ha llegado.
Sonrío para mis adentros. Quién me diría a mí que volvería a enamorarme... Bueno, a ver, estaba claro que me enamoraría otra vez, pero no pensaba que en tan poco tiempo.
Pero es que aquel día... Una cosa llevó a la otra y sin saber muy bien por qué acabamos en la cama. Me encantó, me enamoré de él. Supongo que ya me ganó desde aquel día en el bar, cuando me regaló aquella rosa azul que fue testigo de nuestro primer beso.
Y ahora, casi a las nueve de la mañana, me dedico a buscar trabajo mientras él me espera en la que podría llamar ''casa'', ese hostal ya se ha convertido para mí en un hogar.
Durante varias horas voy vagando por las calles en busca de algún lugar dónde poder trabajar.
Sorprendentemente encuentro trabajo en aquel bar donde me llevó Félix aquel día. La señora al verme me ofreció el trabajo enseguida. Me hace mucha ilusión trabajar allí. Es un lugar que parece mágico... Es tan acogedor, tan lleno de recuerdos. Y lo que más me gusta es que voy a poder observar aquel maravilloso jardín cada vez que quiera. La señora me ha dejado que comience mejor mañana. Es un trabajo perfecto.
Salgo feliz de aquel bar y le envío otro mensaje a Félix contándole todo esto.
Al segundo me responde que se alegra muchísimo de que haya encontrado trabajo en aquel lugar.
''Ahora podríamos vernos''- le digo.
Él me envía un emoticono sonriente.
''Sigue hacia adelante y gira a la derecha''
''¿Qué?''- Le respondo sorprendida.
''Tú hazlo.''- Me dice.-'' Luego gira a la izquierda y verás nuestro destino''
Se desconecta antes de que pueda preguntarle algo más. ¿Nuestro destino? ¿Es... una metáfora? ¿Qué significa todo esto?
Decido seguir sus órdenes. Confusa, empiezo a caminar en la dirección que me ha dicho Félix.
Cuando llego, sólo veo una calle vacía. Parece que hay un bar. Mmm... ¿será aquí?
Sigo hacia allí y me fijo en su nombre: ''Los caminos del destino''
Ahora lo entiendo todo. O casi. No sé. Cuando entro me sorprende verle ahí, sentado en unas de las mesas del final.
Le sonrío sorprendida y él viene hacia mí y me saluda con un beso.
- Has tardado en encontrar esto, ¿eh?- Me dice observándome.
- Sí, es que... Jope, tanto misterio...- Los dos reímos.
- Buenos, ¿nos sentamos?- Me ofrece asiento y yo obedezco.
A continuación me besa suavemente y se sienta frente a mí.
- ¿Por qué sonríes?- Me pregunta.
- Por ti.
- Te quiero princesa.- Me mata con su mirada enternecedora.
- Y yo a ti, mi príncipe.- Le lanzo un beso con la mano. Él hace que lo coge y lo posa en su pecho.
Los dos reímos por este juego infantil.
A los pocos segundos, un camerero viene hacia nosotros y deja una bandeja con churros y dos tazas de chocolate sobre la mesa.
Yo observo confundida a Félix. Éste le guiña un ojo al camarero y tras reírse por mi gesto de sorpresa, me explica todo.
- ¿Qué es todo esto?- Pregunto confusa.
- Pues son churros, un par de tazas de chocolate y...
- Félix... ya sé lo que son...- Le miro irónica.
Él sonríe.
- Parece que hoy te he conseguido sorprender, ¿eh?- Asiento y él sonríe satisfecho.- Te diré qué es esto.- Me mira y me coge de la mano.- Te propongo un reto.
- ¿Un... un reto?- Ahora sí que no entiendo nada.
- Sí.- responde muy seguro.- Hay que adivinar preguntas sobre el otro, así sabremos hasta cuánto nos conocemos.
- Pero si apenas nos conocemos de una semana...
- Bueno, algo sabrás ya...- Me mira desafiante.- Si no aciertas la pregunta tendrás que dar un mordisco al churro.- Coge uno de la bandeja.- Mojado en esto.- Lo moja un poco en chocolate y me hace como que me lo das pero al final se lo come él.
Sonrío.
- Está bien.- Respondo.- Al final me va a gustar no acertar, me encantan los churros con chocolate.
- Ya, pero ahí no acaba todo.- Sonríe.- Tendrás que hacerlo con los ojos tapados.
- ¡¿Con los ojos tapados?!
- Sí, los dos nos los taparemos. Tú con tu pañuelo y yo con mi bufanda.- Ríe al ver mi cara de asombro.
- Y si acierto la pregunta, ¿Que pasará?
- Ya veremos, sorpresa.
- Ya veo que te gustan las sorpresas...- Digo con tono sarcástico.
- Sí, llevo sorprendiéndote todo el tiempo.- Me besa, saboreo el sabor a chocolate de sus labios.- Y aún no ha acabado el día.
Los dos reímos.
- Buenos, ¿aceptas el reto?.- Me extiende la mano.
- Por supuesto.- Le doy la mano.- Te voy a ganar.- Le miro desafiante.
- No cantes victoria aún.
Los dos reímos de nuevo.
- Bueno vamos a ponernos los pañuelos.- Él se pone el suyo y le hago aspavientos para comprobar que no ve nada.
Es verdad que no ve nada, sonrío.
- ¿Te has puesto el tuyo ya?- Me pregunta.
- Sí, sí.- Miento.- No veo nada.
- ¿Quién empieza?
- Tú.- respondo con una sonrisa pícara y cojo uno de los churros.
Él se ajusta bien el pañuelo.
- ¿Estás listo?.
- Sí.- responde decidido.
- Está bien, comencemos.- Empapo bien el churro en el chocolate.- Bien, comencemos.- Me carraspeo un poco la voz para hacerme la interesante.- ¿Cómo me llamo?
Él ríe por la pregunta.
- Emmm, no sé... ¿Violeta?- Ríe de nuevo.
- Tonto...- Me encanta cuando se pone así.- Bueno esta era muy fácil...
- Bueno, he acertado. Quiero mi chocolate.- Me lo pide como un niño pequeño, sonrío.
- Pero eso es si fallas, y has acertado cariño. Ahora toca sorpresa.
- ¡Pero yo quiero mi chocolate!- Me encanta que se ponga caprichoso.
''Y lo tendrás''- pienso pícara.
Bebo un poco de la taza y le beso tiernamente para que saboree el chocolate.
Los dos sonreímos cómplices de nuestros actos.
- Oye, pues me va a gustar a mí el juego del chocolate, ¿eh?.- Nos reímos a la par.- Venga, ahora te toca a ti.- Coge un churro con cuidado e intenta meterlo en la taza.
- ¡Cuidado, que la tiras!- Le aparto sin que se dé cuenta la taza para que no se caiga.
- Bueno, a ver... una difícil.- Se toma su tiempo para pensar.- Bien, ¿de dónde soy?
Mierda, no lo sé. Esta es difícil. A ver piensa, piensa...
- Ehm... No sé... ¿Madrid?- Digo una al azar.
- Meec error.- Dice intentando imitar el sonido de una sirena.- Soy de Burgos.- De Burgos, vaya, de Burgos... Me he equivocado.- Has perdido.- ríe.
Puedo ver como acerca el churro empapado de chocolate hacia mi cara. Eso me asusta. Al principio me aparto un poco pero luego decido dejar que me mache un poco, se iba anotar demasiado que he hecho trampas.
Lo pasa por toda mi cara hasta que al final consigo darle un mordisco. Sonrío satisfecha al fin.
- ¿Te he manchado mucho?- Pregunta sarcástico.
- No... Que va...- Me limpio toda la cara que me la ha dejado manchada de chocolate.
- Bueno ahora te toca a ti.- Me dice.- ¿No la pongas muy difícil eh?- Sonríe.
Pienso detenidamente una pregunta que le cueste responder. Hum... Ya está.
- Bien, ¿mi color favorito?- Ese siempre tiene truco.
- ¿Violeta?- Ríe.- No sé, como tu nombre.
- Qué sagaz.- Respondo con ironía.- Todos respondéis lo mismo...
- Entonces, ¿he acertado?- Me hace gracia que pregunte eso.
- Pues claro que no.- Río y mientras empapo bien de chocolate el churro, pienso que le voy a poner perdido.
Lo paso por toda su cara. Por la frente, por la nariz, por todos lados. Al final me da pena y le ayudo a que le de un mordisco.
- ¡He ganado, he ganado!- Dice gritando y se quita el pañuelo.
Me descubre haciendo trampas y sonríe.
- Claro, así me has puesto de chocolate.- Se limpia por toda la cara.
- ¿Me perdonas?- Digo mordiéndome el labio.
- Pues claro, perdedora.- Me acoge en sus brazos y me besa.- Y tramposa...
Yo me río y le beso.
- Sí, soy tramposa. Pero soy TU tramposa.

No hay comentarios:
Publicar un comentario